sábado, 13 de noviembre de 2010

Caricias bajo la lluvia


Ella, con el pelo suelto, revuelto por el aire que provenía del norte, quizás del sur, puede que una borrasca estuviese cerca, o no. Ella no lo sabía, pero no la importaba porque era feliz. Se fumaba el ultimo piti en aquel coche negro en el que pasaba tantas horas, tantas horas junto a él. Con calor o con frío.Con manos alborotadas que rozaban hasta el lugar más al este de todo su cuerpo. Manos que buscaban el cariño que ella sentía y él, a su vez, también. Besos efímeros, dulces y juguetones. Entre medias una sonrisa, otra, y seguramente otra más. Un escalofrío cada vez que él la miraba con ojos deseosos de ella, y sonreía, no una, sino una y otra vez. Le cogió entre sus brazos y puedo sentirle así, simple y delicado, fuerte y seguro, pero siempre él. Para ella. Bajo la lluvia, frente al frío, la última calada se agotaba con tanta rapidez como la fugacidad de los días. Cada vez más cortos, cada vez más llenos. Y le miró, y sus ojos verdes lo dijeron todo. Todo lo que había cambiado su rutina, su vida.

- ¿No eres cada día más feliz? - pregunto él con una sonrisa demasiado picarona.
- Solo un poco. - Mintió ella.

1 comentario:

  1. No sabía que tuvieras blog ^^ (Soy Irene, de clase de Andrea Mata jaja :))! Pedazo de textos, me pongo en seguidores!

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